El mayor bosque de secuoyas de Europa se encuentra en las cercanías del campo de golf de Meis, en una de las laderas del monte Castrove en el municipio de Poio (Pontevedra) su origen se debe a una resolución del Congreso en de los Estados Unidos del año 1992 autorizando lo que catalogan como "un regalo a la gente de España" para conmemorar el quinto centenario del viaje de Cristóbal Colón a America. Con un cuarto de siglo, los arboles que lo conforman son todavía jovenes ya que esta especie puede llegar a superar los 2000 años y alcanzar los 106 metros de altura como algunas secuoyas del Parque Nacional Humboldt Redwoods en Estados Unidos.
1992 era la fecha indicada para plantar en el pais descubridor de America una arboleda de secuoyas rojas californianas que mirase hacia el océano Atlántico. Para que durante los siguientes quinientos años, los árboles puedan crecer desde pequeñas plantas hasta su plena nobleza en el suelo del hemisferio Este. De este modo, cada persona que visite el Bosque de Colón pueda experimentar la impresionante potencialidad y la maravillosa belleza de la creación, al tiempo que representa la esperanza de un futuro de creciente amistad entre los pueblos de ambos hemisferios.
En 1968, John Harmon McElroy, un joven profesor de literatura licenciado en Princeton, llegó a la Universidad de Salamanca con su familia y una beca Fulbright para impartir clases y preparar una nueva edición comentada de A History of the Life and Voyages of Christopher Columbus, de Washington Irving. McElroy visitó entonces Galicia y recaló en Poio (Pontevedra), fascinado por conocer una de las posibles cunas del almirante y dar con el astillero donde se cree que fue construida la carabela Santa María, La Gallega, que participó en la expedición a las Indias en 1492.
Dando credibilidad a la tesis gallega, el profesor comprobó que el clima de Poio era similar al del Norte de California y comenzó a pergeñar la conmemoración de la gesta de Colón quinientos años antes. A finales de 1990, y ya como profesor titular en la Universidad de Arizona, McElroy participó en los preparativos del V Centenario con una iniciativa insólita: Plantar 500 secuoyas en el sur de Galicia, el lugar que recibió las primeras noticas del descubrimiento y donde varias fuentes que había consultado durante su periplo español situaban el origen del insigne navegante.
(El País)
Fotografías : Ventura Froján