La construcción fue llevada a cabo por la empresa “Azucarera Gallega” en Portas, muy cerca de Caldas de Reis en una época convulsa, con el desastre del 98 España perdía Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Con la perdida de Cuba se perdía también uno de los principales provehedores de azúcar de la península y se prevehia un fuerte aumento en la demanda por está carencia.
Azucarera Gallega se constituye en A Coruña impulsada por personas relacionadas con la banca, el comercio, industria y representantes de consignatarias navieras así como los hermanos caldenses José y Laureano Salgado Rodríguez.
La fabrica es un edificio de grandes dimensiones,un magnífico ejemplo de arquitectura industrial, construido casi íntegramente en piedra, dispone de una enorme chimenea de más de 60 metros de altura, en su día la más alta de España. La maquinaria fue importada desde Alemania y llegaba en buques a vapor a los puertos de Vigo y Vilagarcia de Arousa, allí era cargado en ferrocarril que lo transportaba directamente a Portas mediante un ramal que se construyo a tal propósito. En un principio parecía una muy buena idea la explotación del azúcar de remolacha en Galicia pero muy pronto los precios del azúcar de caña importado bajaron de forma significativa provocando la quiebra y el cierre de factorías en la Península. Desde su cierre en 1903 ha estado abandonada hasta que recientemente en ayuntamiento de Portas compro las instalaciones rehabilitandolas para darle un uso social y cultural.
Un estupendo plan de fin de semana visitar esta edificación que conserva todavía un toque de historia entre sus magníficos muros de piedra, un impresionante mirador en todo lo alto de la chimenea desde donde divisar el valle del Salnes con un entorno ideal para perderse en plena naturaleza y disfrutar de la gastronomía y cultura de la comarca.